Desde el inicio de las obras en finales de 2021, se han realizado actuaciones de restauración para iniciar un proceso de creación de paisaje donde prima el enfoque ecosistémico, con plantaciones autóctonas que favorecen la biodiversidad, tratamientos de regeneración del suelo, e intervenciones para una gestión más sostenible del agua. Desde el punto de vista del mantenimiento y gestión este enfoque permite un menor consumo de agua, facilita las labores de mantenimiento y fomenta la autorregulación del sistema.

Atrás han quedado muchas vicisitudes y dificultades sufridas durante la obra, incluyendo una nevada histórica -la tormenta conocida como Filomena- en enero de 2021 y en el otro extremo climático, un verano 2022 especialmente intenso con un récord de 42 días considerados de calor extremo, una ola de calor que no dio tregua a las nuevas plantaciones.

Los próximos años de conservación serán especialmente importantes para consolidar las plantaciones y equipamientos, sin olvidar la presión que supone el uso del público. Al igual que el Parque Forestal Felipe VI este nuevo espacio verde en Valdebebas también necesitará de unos años hasta que se consolide y pueda ofrecer todos los beneficios ecosistémicos previstos además de un lugar privilegiado de encuentro con el paisaje y lugar de esparcimiento para los vecinos. El tiempo es un ingrediente ineludible para un nuevo parque.

El nuevo parque de 78 hectáreas se sumará a las 190 hectáreas del Parque Forestal Felipe VI, para continuar la labor de representar las principales formaciones vegetales de Madrid y de su entorno geográfico, y difundir la importancia ambiental de los sistemas forestales para la ciudad. La zona de dehesa a lo largo de la cumbrera del parque se caracteriza por la presencia predominante de encinas, pero también otros árboles del género Quercus: alcornoques, melojos, rebollos, y también pinos piñoneros y carrascos.

En la zona media del parque se encuentra el espacio más abierto que corresponde con un área de carácter agrario con un olivar, agrupaciones de almendros, azufaifos y otros frutales, además de campos de colza y alfalfa, plantas leguminosas que servirán de abono verde para la regeneración del suelo y que más tarde permitirá la implantación de otros cultivos característicos de nuestros paisajes.

Y en la franja más próxima a la urbanización, la zona de ribera con la restauración del arroyo de Valdefuentes que será alimentado por las vaguadas de drenaje que surcan el parque y que conducen las aguas de lluvia cuando caen hasta la laguna en el punto bajo, todo ello conformando un valioso corredor ecológico.