La existencia de grandes cedros en la parcela genera toda la propuesta, con una clara diferenciación entre la zona doméstica en el entorno de la casa, y la zona más natural de “bosque” alrededor de los grandes árboles que se disfruta tanto desde el interior de la vivienda, a través del gran frente acristalado, como desde la terraza de transición hacia el jardín, o paseando por los caminos de grava.

Las plantaciones bajo los árboles se han elegido en función de su tolerancia a sombra y facilidad de mantenimiento, con la creación de una cobertura que recuerda los estratos vegetales presentes en el bosque, con floraciones sobre todo en color blanco y azul.

La amplia zona de huerto, con parterres elevados para facilitar las tareas de mantenimiento, permite a la familia consumir productos orgánicos todo el año y explorar las posibilidades de autoconsumo.