La principal idea detrás de la propuesta es la necesidad de reconectar el centro histórico de Alzira con el paisaje natural y cultural del río Júcar, una relación afectada por grandes transformaciones urbanas que han degradado la relación de la villa histórica con su rio. Se pretende recuperar el protagonismo urbano volviendo la mirada hacia el paisaje fluvial y recuperando la memoria del desaparecido meandro, dando vida a ese elemento perdido del territorio, que hemos llamado El Braç Viu, fundamental para entender el trazado histórico de la Vila.

Los elementos de patrimonio que antaño formaron parte del perfil de la ciudad se recuperan e integran en un nuevo entramado de espacios y plaza públicos. Por un lado, la muralla almohade con sus torres y la planta de la desaparecida iglesia de Santa María, que forman un nuevo espacio arqueológico urbano. Se propone la recuperación de los pilares del desaparecido puente de San Gregori, y también la recuperación del antiguo molino, que permite no solo un balcón sobre el paisaje, sino resolver la ansiada conexión con el rio mediante un nuevo volumen provisto de escaleras y rampa accesible hasta la cota del rio, y enlazar con importantes itinerarios como el Anillo Verde de la ciudad. Así se crea la oportunidad para un espacio museístico sobre la historia del Júcar a su paso por Alzira, y los elementos hidráulicos tradicionales del Júcar.

Para completar la propuesta, se incluye el aprovechamiento urbanístico que permitiría la viabilidad de la operación, con vivienda unifamiliar pero también plurifamiliar, basado en tipologías, materiales y métodos constructivos tradicionales. La organización de las parcelas edificables permite liberar la zona más próxima a la autovía para la creación de un parque, que a la vez sirve de pantalla vegetal para el conjunto.