Frente al recuerdo del trazado de las vías ferroviarias bajo el nuevo parque, se produce otro gesto de regenerar el tejido urbano, usando como metáfora el tejido vascular de las plantas que sustenta la vida en el planeta, para unir dos barrios separados históricamente por las vías del tren. El lugar está íntimamente ligado al concepto del VIAJE. Viaje del agua, viaje botánico desde la sierra de Guadarrama, viaje de pasajeros, viaje cultural y viaje financiero. Un punto de encuentro entre el pasado y el futuro de Madrid, una puerta de entrada y salida de la ciudad y un nuevo destino para trabajar, vivir y disfrutar.

El espacio público es donde se desarrolla la vida urbana y un parque de estas características tiene la posibilidad de ofrecer un lugar de disfrute para todo tipo de personas, sin importar edad, habilidades o situación económica, un lugar para la cultura, el ocio y la actividad saludable, en un entorno de naturaleza. Nos hemos propuesto realizar un proyecto ejemplar que responde a los retos que nos ha tocado vivir, no solo en relación a mitigar el impacto del cambio climático sino también ofreciendo una fórmula holística para regenerar y contribuir a la mejora de la sostenibilidad en todos sus aspectos: lo medioambiental, lo social y lo económico.

El agua se ha convertido en el protagonista de la actuación con la recogida de pluviales, el aprovechamiento para el riego y las técnicas de drenaje sostenible, pero también como una celebración del agua en pequeñas fuentes y estanques, un homenaje a la herencia cultural que nos dejó los Viajes de Agua, el sistema de Mayrit que dio nombre a nuestra ciudad.